O podríamos decir ese maravilloso mundo de la segunda mano. En nuestra familia (como en muchas otras) hay una larga tradición de reciclar-reutilizar muebles y demás enseres, además, cuando tanta gente tiene segunda vivienda, el que va a tirar algo, busca a quien regalárselo y así las cosas van cambiando de mano. Y cuando no, hacemos esos increíbles hallazgos en algún emporio de riqueza (contenedor de basura). El resultado final suele ser una decoración de lo más ecléctica.
Los suecos no son menos aficionados a esto aunque, como la gente se mueve más y es más raro que toda la familia viva cerca, reutilizan de otra manera. Además, tener esas casas tan bien decoradas, pasa por renovar el mobiliario a dos por tres, para eso tienen al Sr. Ikea, "prêt à porter" de los muebles. Todo esto genera un amplio mercado de segunda mano. Hay donde elegir:
- Por un lado están los "loppis" (mercadillos) algunos son fijos y otros son como los que salen en las películas, un vecino que hace limpieza y vende trastos viejos, o un barrio en alguna fiesta. Cerca de casa hay uno en el que trabajan disminuidos físicos y psíquicos, a mis hijos les encanta ir porque hay comics por 1kr!! aunque entenderse con el de la caja se les hace muy difícil (es tetrapléjico, no habla, y maneja la caja con un palito) siempre termina saliendo la encargada (una persona "normal"). Los loppis molan mucho es inevitable no cargar con algo.
- Tambien hay tiendas, en el centro hay un
Myrorna, una tienda con fines benéficos de objetos de segunda mano. En el ecoparque hay contenedores con su nombre. Es nuestra perdición, cada vez que vamos nos llevamos algo, algún macetero, la mesa de la cocina (22€), un mantel antiguo de hilo (nuevecito y precioso), el otro día
un cuadro... una perdición.
- Y se lleva la palma el "
Blocket", una página de internet donde la gente compra y vende de todo. Hay muebles por 20kr, esto es lo que te cuesta poner un anuncio, si a ti te sirve, vas y le quitas el trasto. Aquí hemos comprado los sofás, que están fenomenal, una
cómoda antigua (nos costó 100€), una estantería para la habitación de los chicos... otra perdición. La cómoda se la compramos a un abuelito que vendía todos sus muebles para ir a una residencia, fue muy divertido contactar y conseguir entendernos con él. Cuando vendió finalmente la casa, nos llamó por si estábamos interesados en comprarla, ¡ojalá hubiéramos podido! Era muy bonita.
Bueno, pues no todo es comprar, comprar, comprar... aquí es comprar-vender-comprar-vender.
besitos