miércoles, 27 de mayo de 2015

Efecto del anís

Hay aromas que teletransportan. Esta semana Nicolás y Mariola tienen "projektvecka" esto significa que dedican toda la semana a una actividad en concreto. Han hecho cerámica, forja, pintaron y montaron el café del cole, en fin, algo nuevo cada vez. La clase de Nicolás ha planeado "bakar" (hornear pasteles y bolleria) y el viernes ir a la plaza mayor a vender las cosas para tener dinero que luego donaran a una ONG. Así pues, con buen criterio, pensó Nicolás que podíamos hacer rollitos de anís para llevarlos a su clase, como dulce español. He estado indagando y parece que vienen de las tierras de Alicante. El caso es que, cuando ya estaban en el horno, toda la casa empezó a oler a anís. Nicolás dijo: "mamá, ahora mismo es como si estuviéramos en Alcotas" (suspiro).
Bueno, aquí os dejo la receta por si os animáis. Mis compis suecos lo tenéis peor, aquí no hay, ni sobrecitos de gaseosa, ni anís seco  :(


Rollitos de anís

150 gr de aceite (yo uso de girasol)
150 gr de anís seco
100 gr azúcar (y algo más para rebozarlos después)
500 gr de harina
1 sobre de gaseosa.


Mezclar el aceite, el azúcar y el anís con la parte blanca de la gaseosa. Añadir la harina en la otra parte de la gaseosa. Mezclar bien. Formar los rollitos del tamaño deseado. Es importante que sean todos similares, si no luego, en el horno, unos se queman y otros se quedan crudos. Pasar por azúcar y colocar en una fuente de horno con papel de hornear.
Al horno 170°C unos 20 minutos (según el horno).
¡Listo!

 
Es una lástima no tener fotos de los indivíduos de la clase de Nicolás vendiendo en la calle para poder ilustrar la entrada (los rollitos de anís los compró todos una señora).
En fin, ale gentes:
Au, cacau!

No hay comentarios:

Publicar un comentario