Otra vez a Björnö (la isla del oso), es como si no hubiera más sitios, pero es que es tan bonito. Hoy nevaba, íbamos a quedarnos en casa, da tanta pereza.
Menos mal que al final nos hemos animado a salir. El tiempo es caprichoso y poco a poco las nubes se han disipado. El paisaje nevado, con el sol que brillaba, era una preciosidad. Aun así -6º (brrrrr) y muchos niños con trineos, palas... es bastante internacional eso de tirarse por la nieve. ¡También tendremos que comprar palas! Que se le va a hacer...
Aquí os comparto un poquito del paseo.
Y bueno, ¿quien puede resistirse a rebozarse en la nieve?
besitos
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