Hola, hola:
Al final me he decidido a empezar con esto. Llevo tiempo queriendo escribiros una cartita, así es que a partir de ahora os contaré mis avatares desde aquí. Espero que me leáis y, sobretodo, que me contestéis con algún comentario, si no da la sensación de que nadie lee esto.
Allá voy...
Son muchas las cosas que han pasado desde mi última carta. Lo principal, a parte de que ya tengo cafetera expres (¡SI, SI, SI!) es que ya estamos todos aquí. Yo ya tengo mis propios pacientes, Ximo va a clases de sueco y "los nenes" han empezado el colegio. Todavía hace buen tiempo, aunque ya no hay tantas horas de sol y los árboles empiezan a teñirse de muchos colores anunciando el otoño. En todos los escaparates hay trajes de lluvia, chubasqueros y botas de agua, nosotros ya estamos preparados para un inminente diluvio. Igual luego no es para tanto. Ya os contaré.
A las 7:00 amanecemos todos juntos, desayunamos y, siempre con prisas, terminamos de vestirnos y salimos (lo de las prisas no sé si cambiará algún día). Los niños se van solos en bici, la bici no es que sea una novedad, en España ibamos a veces, la novedad es que el trayecto discurre íntegramente por carril bici. Quitando algún semáforo, no tienen contacto con el tráfico, con lo cual yo me quedo mucho más tranquila.
De momento van a un cole de transición y a una clase con otros niños extranjeros. Cuando aprendan sueco los trasladarán a una clase normal en cole que les toca. Alfredo y Mariola van a la misma clase, y el resto de sus compañeros son de Somalía. Esto me tenía algo preocupada, la verdad, pero la realidad es que están muy contentos y, contentos ellos, contenta yo. Mariola tiene varias amigas "tapadas" (así las llaman ellos porque todas las somalís llevan velo), una de ellas se llama algo así como "Fartón" y claro, Mariola se troncha. Alfredo tiene un amigo tailandés, que, por lo visto va a otra clase. Nicolás va solo a otro edificio donde están los niños de primaria, su mejor amiga es Ivana, una niña serbia, son los únicos blancos de la clase. Los niños somalís hablan entre ellos su lengua materna así es que se quedan un poco al margen. Mis hijos tienen la convicción de que van a aprender sueco, inglés y somalí, jajajaja yo les digo que todo lo que sea aprender será bienvenido.

Ya tienen los libros de mates, cada niño tiene uno diferente. Los únicos que tienen el libro correspondiente a su edad (en el sistema sueco) son mis hijos, los otros niños no han tenido tanta suerte y les tocó nacer más lejos de la educación reglada. Lo más flipante de todo es que, para darles los libros, los deben haber evaluado, pero ellos no han sido conscientes. Por lo que cuentan, cada día les ponían algunas operaciones y ellos las iban haciendo, hasta que un día aparecieron con el libro. El lema aquí es "no hay que estresarse".
Otra cosa curiosa es que los colegios no están cerrados, a la hora del recreo salen al patio o, en este cole, se van a jugar a un bosque que hay allí, los niños no se escapan, no pasan coches, no hay asesinos a sueldo... ¡No pasa nada! La verdad es que, como yo no me he criado aquí, esto me causa cierta inquietud, pero supongo que si pasa algo es porque tenía que pasar.
Más curiosidades, si quieres puedes asistir a la clase de tus hijos. Te sientas en el sofá de descansar y puedes escuchar e incluso, si te apetece, participar. El otro día tenía la mañana libre y me fui a la clase de Nico. Empezamos con la de inglés, por supuesto no se dijo ni una palabra en sueco, todo en inglés, y ningún niño pareció traumatizarse por ello. En los 45' que duró la clase los niños no escribieron nada. Hicieron un ejercicio de comprensión lectora con unas fichas con fotos y frases que había que emparejar. Luego clase de sueco. Como había unos niños nuevos, la seño empezó a decir todas las normas, entre ellas la de que hay que salir al patio, lo mismo si llueve, nieva o hace frío (aquí lo del frío...) las niñas somalíes decían que no, que si hacía frío no ¡madre mía este invierno!
Otro día os contaré lo de la clase de gimnasia que también tiene su aquel. Bueno, ya veis que vamos poco a poco adaptándonos.
Besitos